Como indica la UNESCO en la presentación de esta publicación, «La crisis sanitaria ha tenido muy hondas repercusiones en el sector de la cultura y en las personas que trabajan en él. Habida cuenta de que los empleos en este sector son muy a menudo de carácter informal, las profesiones artísticas y culturales suelen verse excluidas de los sistemas generales de protección social y económica. Por eso es fundamental adoptar medidas específicamente adaptadas a la situación de los trabajadores del sector creativo, a fin de garantizar su supervivencia profesional. En la reciente publicación titulada La cultura en crisis – Guía de políticas para un sector creativo resiliente, la UNESCO proporciona a los responsables de la elaboración políticas culturales toda una serie de orientaciones no sólo sobre la manera de abordar con eficacia las cuestiones relativas a la cultura en los planes de recuperación proyectados para superar los efectos negativos de la COVID-19, sino también sobre los medios que se deben poner en práctica para reconstruir las industrias creativas y fortalecer su resiliencia».
«Las medidas de confinamiento han tenido
un impacto negativo persistente en todas las
actividades artísticas, afectando a talleres, galerías,
licitaciones de proyectos, residencias, cursos, salones,
mercados, espectáculos en directo, etc. Cuanto más
tarden en reanudarse esas actividades, tanto más
duraderos serán los efectos negativos que pesan
sobre ellas».